NO TE OCULTES

Literatura, artes, ciencia, erotismo y humor, sólo para mentes abiertas.

No huyas, no te ocultes de mí; no pretendas guardar el menor secreto; no intentes privarme del suculento placer de conocer todos y cada uno de tus rincones. No quiero que veas en mí al furtivo y despiadado cazador que acecha a su presa con mortales intenciones; al hombre desalmado que encañona a su víctima sin asomo de remordimiento; al voraz león que clava con saña sus dientes en el cuello de la ágil gacela. No soy más que un ser pasional; alguien que quiere escrutar cada recodo de tu cuerpo y descifrar hasta el último misterio de tu alma; de ese mundo mágico, sagrado y enigmático; de ese pedazo de cielo donde mora esa parte divina que tanto me enamora. Cada gesto, cada palabra que pronuncian tus rosados labios, cada sonrisa de felicidad que emana de esa boca que devorar quisiera, es un pequeño guiño que me muestra la bondad y la ternura que residen en tu espíritu. Una alegría que me ilumina y me llena de gozo que te inunda la dicha.

No puedo negarte que se me hace gracioso ver cómo el rubor acude a tus mejillas cuando te hago un comentario inesperado; cuando ensalzo alguna de tus virtudes, cuando alabo tu belleza o cuando te refiero pecaminosas intenciones. Te llevas presurosa las manos a la cara para que no vea cómo te incendia mi verbo; para que no pueda clavar mi pupila codiciosa en tu piel encarnada; para que no te delate esa llama que rápidamente te ha inflamado el cuerpo. Pero ya es demasiado tarde. Tus ojos se han abierto desorbitados, siquiera por unos breves segundos, sorprendidos y maravillados por mis insinuaciones, antes de que pudieras cubrirlos; he visto asomarse por ellos la complacencia, el deseo compartido.

Ya no puedes escapar; ya no merece la pena que trates de negar lo que ambos sabemos, tierna princesa de nobles ideales, bella sirena de remotos mares. Y es que los dos ansiamos unir nuestros labios y que bailen abrazadas nuestras lenguas; saciar cada uno el hambre por el otro y apagar nuestra sed en el ardor de nuestros besos; comernos sin mesura, sin tiempo, gozando de cada instante; cubrirnos de caricias, incrustar mis manos en tu luenga y oscura cabellera; apretar tu pecho contra mi torso hasta que nos falte el aliento.

Así que no trates de ocultarme nada. Ya conozco tus anhelos. Demos rienda suelta a nuestras pasiones, desatemos los instintos y prendamos los fuegos.

Autor: Javier García Sánchez,

desde las tinieblas de mi soledad,

16-06-2017.

4 comentarios en “NO TE OCULTES

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s