-Se me hace gracioso verte con mi pijama; te queda mejor que a mí -Le dije, ya en casa, recuperando el buen humor.-.
-¿Tú crees? La verdad es que se me hace raro; pero a mí también me gusta. Es algo muy tierno.
-Siento lo de antes. En una ocasión casi surge algo con Luis; por eso se me hace violento cruzármelo, al menos si estoy con mi novio.
-Tranquila; no has de sentirte mal. Aquello pasó, como me dirías tú; ahora estamos juntos. No voy a incomodarme porque hables con él.
-Gracias; pero es que creo que sigue sintiendo algo por mí.
-Es posible. Pero tú no lo sientes por él. Por eso no voy a molestarme; porque tienes las cosas claras.
Aquélla era mi manera de afrontar los hechos aquella noche; con una historia paralela, con medias verdades, sin acabar de contarlo todo. Sabía una parte; pero temía que el hecho de conocer el final de la historia le destrozara. Ahí acostados, nuestras cabezas casi pegándose, escuchábamos nuestras voces, que paulatinamente se apagaban, como la luz del cuarto, que se había llevado nuestras últimas imágenes para dejarnos tan sólo con el recuerdo del otro. Las altas horas de la madrugada, así como la oscuridad, hacían que el sueño fuera penetrando por nuestros párpados.
-Entonces, ¿te ha gustado la película? ¿No se te ha hecho aburrido el cumple?
-No, ¡Qué va! En realidad, me ha despertado la curiosidad por toda esa fantasía. Sé que estoy muy centrado en otros libros; pero creo que debería aprender algo más sobre literatura juvenil. Estoy en la edad, pero leo cosas que no debo todavía; y creo que eso me impide desarrollar la imaginación. La película me ha gustado por eso. Es decir, lo que hemos visto, ya que no estábamos demasiado atentos.
-Entonces, a la semana que viene empezamos la saga. En una semana te pondrás al día. Además, como las veremos en casa, no molestaremos a nadie; y podemos pararlas para volver a ver escenas y comentarlas.
-Gracias, pero no sé si debamos hacerlo. Ésta es ya la tercera noche que me quedo a dormir, y tus compañeras pueden sentirse molestas.
-¡¿Pero qué dices!? ¡Si están encantadas contigo! Además, no estamos más que para dormir, o estamos en la habitación; y cuando estamos con ellas, estamos muy a gusto.
-¿Y qué hay de Jean Claude?
-Ése pasa de todo. A ése, con tal que no le quites su yerba, es feliz. Por cierto: no sé si ha vuelto; no huele a marihuana.
-Lógico. Con el colocón que llevaba, ya se habrá quedado dormido. Pero tengo otra duda. No sé si nos conviene seguir saliendo, al menos por una temporada. El curso se acaba, y tendremos que apretar. Los nervios me comen; me da miedo suspender.
-Te preocupas demasiado por el curso.
-Es posible. Pero ya sabes que siempre he estado solo; que mi autoestima está por los suelos. Para mí esto es un reto personal; necesito demostrarme que puedo hacerlo; y demostrárselo también a mis padres.
-¿Y qué hay de nosotros? Estás conmigo. ¿No crees que valgo más que todo eso y que debes sentirte orgulloso por este paso que has dado?
-Y lo estoy. Por supuesto que eres muy importante. Pero sin la carrera no hay título; y sin título no hay trabajo. Para la mayoría esto es un mero trámite; para mí, por desgracia, es un reto.
Quizá arrastrada por el sentimiento de culpa que mi falta me causaba, así como por la explosión pasional del inicio de la relación, yo también había descuidado el curso. Sólo faltaba un mes para los exámenes; y los trabajos y exposiciones se amontonaban. Gabi tenía razón en sus precauciones. Pero veía en él un temor excesivo; un pánico exagerado a lo que concebía como un fracaso, que para los demás no sería más que un mero suspenso. Recordaba las primeras conversaciones, cuando me hablaba de sus traumas y sus miedos, y me preguntaba hasta qué punto los había superado, o si algún día conseguiría vencerlos. Y así, con esta duda y con el pesar de tener que dar una tregua a nuestra pasión, me hundía en un sueño lleno de incertidumbre.
Autor: Javier García Sánchez,
desde las tinieblas de mi soledad,
23-02-2018.
Està bé, no cal que deixin en sec la relació… també poden estudiar junts, no? jeje
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jeje. Sí; és e veres. He exagerat una mica.
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