UNA NUEVA ETAPA (CCI)

-¿¡Cómo?!

-Es coña.

-No cuela.

-¿Te has drogado?

-Calma, calma. Os agradezco a todos tan sinceras muestras de entusiasmo. Ante todo, lo primer que tengo que decir, después de la gran noticia, es que, ni estoy de coña, ni he consumido drogas; no he tomado ni una triste copa de vino.

-Juan, tío, ¿de verdad quieres que nos creamos que te vas a casar? Eso no va contigo.

-Bueno, pues ahora lo voy a hacer.

-¿Y con quién? A menos que sea con una muñeca hinchable, no se me ocurre. Tú siempre vas de flor en flor.

-Pues ésta es una chica de carne y hueso.

-¿Quién es? ¿Sara?

-No.

-¿Clara?

-No.

-¿Nídia?

-No.

-¿Sofía?

-No.

-¿Rebeca?

-No.

-¡Joder! Pues no me acuerdo de más.

-La lista es larga; lo reconozco. Pero no te esfuerces. No la conocéis; no os he hablado de ella.

-¡Ah, coño! ¡Haber empezado por ahí!

-A ver… ¿Es una tía a la que has conocido este fin de semana y de repente habéis decidido casaros? ¿Dónde está el chiste? Libera ya al minino.

-Se llama Gabriela; es argentina. Y no la he conocido este fin de semana; la conocí hace tres meses, cuando empezó el curso.

-¿¡Cómo?! ¡Qué callado te lo tenías, don Juan! ¿Y a qué viene tanto secreto? ¿Por qué nos hablabas de todas tus conquistas, pero no de ésta?

-Porque ésta no era conquista. De hecho, a día de hoy sigue sin serlo.

-Hace unos minutos nos has dicho que te ibas a casar. ¿Ya lo has olvidado? Si no es una conquista, ¿eres la presa?

-Frío, frío.

<<Gabriela es una buena chica, muy simpática y alegre; siempre está riendo por cualquier cosa. Desde que me instalé en ese piso me he cruzado en varias ocasiones con ella. Siempre ha sido muy amable, pero nunca hemos intercambiado más que un saludo y un par de frases. Hasta este sábado. Entonces coincidimos es la escalera. Estuvo muy sonriente, como de costumbre. Y, de repente, me pidió que pasara a su piso; que tenía algo que decirme.

-Y te la tiraste.

-No. Ahí me contó una historia alocada, como no podía ser de otra manera, pero curiosa y graciosa, como suele acontecer en estos casos:

<<La chica estudió Medicina en Buenos Aires; acá está cursando el MIR; y en unos meses se examina. El problema es que, por ser argentina, no tiene plaza de comunitaria. El examen es muy difícil, y los extranjeros sólo tiene el 3% de las vacantes. Para ocupar plaza comunitaria necesita casarse con un español.

-¡Juan, tío, esa chica sólo te quiere por los papeles!

-¡No jodas! ¡No me había dado cuenta!

-Entonces, ¿vas a casarte con esa tía así porque sí? ¿Simplemente por hacerle un favor, sin ningún sentimiento?

-Sí. Bueno… Y por las 100.000 pesetas que me pagará.

-¡Juan, tío, pareces una puta!

-¿Por qué? Esto es sólo un negocio. Ella consigue sus papeles y yo me llevo algo a cambio. Tal como están hoy los sueldos, 100.000 es una buena cantidad. Pero quien más gana es ella. Si ahora me paga 100.000, en cuanto saque la plaza ganará mucho más.

-Ya me parecía raro que te casaras.Y además vas a hacerlo con la única tía con la que no te has acostado, al margen de nosotras y de las mujeres de tu familia.

-Ya. Sé que suena raro, pero se me hace muy divertido; es una nueva experiencia.

-A mí me suena a comedia barata.

-Bueno, comedia sí que es; yo me lo estoy pasando en grande. Y es más que barata, porque me reporta beneficios.

-Eres un timador.

-Yo insisto en lo que te dije: pareces una puta.

-¡Exagerado! Me acuesto con treinta sin cobrar y no pasa nada; me caso cobrando y soy una puta. Si al menos hubiera echado un polvo…

Autor: Javier García Sánchez,

desde las tinieblas de mi soledad,

24-07-2018.