DEBATE: PRESENTE Y FUTURO DE MÉXICO

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Ante todo debo declarar la perplejidad ante el tema de nuestra conversación: Presente y futuro de México. Tres enigmas: el enigma de México, el de su presente y el más enigmático de los tres: su futuro. Confieso que la futorología no es mi fuerte y que siento la misma desconfianza ante las predicciones de los economistas y los sociólogos que ante las profecías de la magia y de la astrología. El pensamiento científico desacreditó la creencia de que en el cielo estrellado, en la palma de la mano o en la taza de café estaba escrito nuestro destino. La realidad histórica contemporánea no ha sido menos cruel con las predicciones de los filósofos e pensadores: el catálogo de errores en la historia de las ciencias sociales no es menos grande que el de las herejías en la historia del catolicismo. Pero si el futuro es incierto, el pasado es nebuloso, y de ahí que se haya dicho que el historiador es un profeta al revés. No sé si ustedes recuerden que en uno de los últimos Episodios Nacionales aparece un excéntrico -en las nobelas de Galdós, como en las de Cervantes, abundan los chiflados- que ha decidido escribir una historia de España no para contar lo que ocurrió realmente, sino lo que debería haber ocurrido. El personaje se llama, naturalmente, Confusio -con ese-. La tentativa no era descabellada, pues, ¿quién puede decir lo que ocurrió realmente. La historia no es menos quimérica que la futorología… Y como el presente es ese momento en que el pasado se lanza hacia el futuro, sin alcanzarlo, mi situación es la de ese hombre de quien habla Chuang-Tzu que salió mañana hacia la ciudad de Lue y llegará ayer. En suma, estamos en el terreno de las adivinaciones. Nada de lo que diga, en consecuencia, pretende tener valor científico.

No necesito decirles que la idea de un enigma de México o un México misterioso me es profundamente antipática. Yo no creo en el «Misterio de México». Mejor dicho, creo que todas las sociedades son, hasta cierto punto, misteriosas; y en este sentido México no es menos misterioso que la sociedad **gringa o esquimal. Al emplear la palabra «misterio incurro, voluntariamente, en una ambigüedad; si fuera sociólogo diría: ninguna sociedad es misteriosa, aunque todas son complejas y problemáticas. Ahora bien: las complejidades se aclaran y los problemas se describen y, aún a veces, se resuelven; pero cuando todo parece que se ha puesto en claro, brota lo imprevisto, sucede lo inesperado, aparece lo increíble. Las sociedades son depositarias de una carga explosiva, por decirlo así: la carga de lo imprevisible. La historia es el dominio de lo impensado y también de lo impensable, y de aquello que se resiste al pensamiento y de aquello que no puede ser pensado. En este sentido, pero no sólo en éste, México es misterioso. Como todas las otras, México es una sociedad histórica, una sociedad sometida a la contingencia.

*Fragmento de la primera intervención de Octavio Paz en la Mesa Redonda celebrada en la Universidad de Harvard el 15 de noviembre de 1971. El debate está recogido en el ensayo El ogro filantrópico.

**El término gringo es mío; lo prefiero a la palabra norteamericano, por su uso impropio por parte de Paz.

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