Julia regresó a la mesa con los bocadillos.
-Ha muerto Susana Gálvez. La han encontrado en su habitación de hotel tirada en la cama, narcotizada.
-Lo que faltaba -Replicó Ernesto-. Ya no tienen suficiente con ir a por nosotros; ahora se matan entre sí.
-¿Crees que se la han cargado dentro de su propio partido? -Inquirió Carlos.
-¿Acaso lo dudas? De esta mafia puedes esperarte cualquier cosa. Ella estaba tan metida como el que más en el entramado de la Operación Blancanieves; sabía demasiado. De hecho, su muerte se añade a la de muchas otras personas relacionadas con el caso. Gente que gozaba de buena salud que de repente desaparece de la forma más imprevista; una se cae por las escaleras, otro sufre un accidente de tráfico, a un tercero le da un infarto… Coincidencias muy sospechosas que no se pueden demostrar. Y ahora, para colmo, Blancanieves se muere justo el día antes de declarar ante el juez. La prensa, hábilmente controlada desde el gobierno, dirá que fue una muerte natural, que la mujer ya estaba mayor, que tenía problemas de salud, que abusaba del alcohol… Todo quedará muy natural. Y asunto cerrado.
-De hecho, la expulsaron del partido poco después de empezar las investigaciones para lavar la imagen, como hacen siempre; pero, a la hora de la verdad, seguían apoyándola, para que no abriera la boca -dijo Julia-. Una vez perdida la alcaldía, su propio partido la metió en el Senado para hacerla aforada.
-Y ni un solo día fue al Senado en toda la legislatura, por cierto -cortó Carlos.
-Es una red tan complicada y tan asquerosa -continuó Julia-, que todos están cogidos entre sí; si uno cae, caen todos. Eso les obliga a estar bien compenetrados para que nadie se vaya de la lengua.
-Es verdad -alegó Carlos-; es una organización muy compacta que entraña notables riesgos, pero que precisamente por el peligro de cada uno de sus miembros consigue que todos guarden silencio. Su fragilidad es a un tiempo su fortaleza.Viven ante una espada de Damocles; si uno habla, todos caen como fichas de dominó.
-Por suerte para ellos, Blancanieves mordió la manzana, y ahora no habrá príncipe que la despierte, aunque le diera un beso con lengua hasta la garganta -volvió a Hablar Ernesto. Nos quedaremos sin saber el nombre de los siete enanitos, o incluso si tuvieron descendencia. La buena señora tuvo el detalle de morirse justo a tiempo; o, más bien, la sacrificaron. Se lucró de lo lindo a costa nuestra durante más de veinte años, y ahora lo más probable es que archiven el caso. Nadie devolverá nada de lo robado, y todos tan felices.
-Lo más seguro es que le provocaran la muerte -sentenció Julia-. Habrá que esperar a la autopsia, a ver si nos revela algo.
Ernesto parecía aturdido. Tenía la mirada fija en sus compañeros cuando una imagen pasó ante él y sintió una descarga eléctrica en el cuerpo.
-Disculpad. Voy al baño.
Autor: Javier García Sánchez,
desde las tinieblas de mi soledad,
21-12-2016.
Vaja amb la trama «Blancanieves»!! Aquests tal Susana que acaben de trobar morta em sona a un cas ben real. No en la forma, és clar, pero sí en alguns detalls… jeje
Veig que has tornat agafar inspiració en aquesta historia!! Ben fet!!
Una abraçada, Javi! 😊
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jajaja. Tota semblança amb la realitat és pura coincidència, jajaja. Moltes gràcies, Lidia. Me’n alegro molt de que t’hagi agradat. Una forta abraçada!
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